domingo, 9 de mayo de 2010

La Doble Vía: Fonológica y Léxica


¡Buenos días!


Tal y como anuncié en mi última entrada, el tema a tratar hoy es la doble vía, es decir, la teoría que defiende que existen dos vías diferentes, aunque complementarias, para poder acceder al significado de las palabras: la vía fonológica y la vía léxica.

La vía fonológica tiene por función acceder al significado de las palabras escritas después de una operación intermedia que consiste en transformar en fonemas los símbolos gráficos que componen las palabras escritas. Así pues, se cambian los elementos ortográficos de las palabras en fonemas hasta reconstruir la versión oral
de la palabra. Una vez está reconstruída la versión oral, podemos reconocer la palabra y así, de manera automática, accederemos a su significado. De este modo, por ejemplo, ante la palabra "casa" actuaríamos traduciendo cada una de las grafías a su fonema correspondiente hasta configurar la secuencia de fonemas total. A continuación, podríamos reconocer esta secuencia de fondo que configura la versión
oral de la palabra y acceder al significado que tiene para nosotros.
La via fonológica puede operar con diferentes unidades ortográficas: letras, conjuntos de letras, sílabas, conjuntos de sílabas...El requisito que nos permite hablar de vía fonológica es que las unidades ortográficas sean más pequeñas que la palabra que hay que analizar, es decir, que sean unidades sublexicales. Esta vía puede ser utilizada por todo tipo de palabras, pero resulta necesaria cuando nos encontramos con palabras desconocidas des del punto de vista ortográfico.

La vía léxica supone un reconocimiento inmediato de la palabra escrita. Por ejemplo, reconocemos la palabra mesa como lo haríamos ante el dibujo de una mesa. Esta vía es más rápida que la vía fonológica. La vía léxica requiere que el lector haya sido capaz de darse cuenta de los patrones de letras que distinguen unas palabras de otras y de memorizarlos, lo cual es el fruto de la experiencia repetida con estas palabras escritas. Esta vía solo puede ser utilizada ante palabras conocidas, o también llamadas familiares.

Habitualmente, diferenciamos entre problemas en la lectura y en la escritura. Los primeros reciben el nombre de dislexia y los segundos de disgrafía. Así pues, podemos hablar de dislexia fonológica (se ve afectada la vía fonológica) y dislexia superficial (se ve afectada la vía léxica), y de disgrafía fonolófica (se ve afectada la vía fonológica) y disgrafía superficial (se ve afectada la vía léxica).

Cuando la vía fonológica está deteriorada en el caso de la lectura (dislexia fonológica) existe la imposibilidad de leer palabras que no se han visto antes. Sin embargo, sí que se pueden leer las palabras que ya formaban parte de dicho léxico antes de la lesión, aunque con numerosas dificultades en las palabras funcionales y con los derivados. Así pues, los sujetos que padecen este trastorno se caracterizan por ser capaces de leer las palabras que les son familiares, pero son incapaces de leer las poco familiares y las pseudopalabras, (trastorno en el mecanismo de traducción de los grafemas o de sus combinaciones a un código fonológico). Los disléxicos fonológicos son sensibles al efecto de la frecuencia de palabras, pero no a su longitud ni a su regularidad, de modo que en sus errores se concentran en las pseudopalabras, siendo muy frecuente la lexicalización cuando éstas se parecen a una palabra real de alta frecuencia (por ejemplo, leer “colegio” donde pone “colespio” o “blanco” por “blaston”).

Si es la vía léxica la que se encuentra dañada en el caso de la lectura (dislexia superficial) la persona puede leer sin problemas cualquier combinación de letras que siga las reglas de conversión grafemafonema, pero siempre por vía indirecta. El trastorno se revela por una lectura lenta y poco fluida y por las dificultades para distinguir el significado de las palabras homófonas, como “hola“ y “ola“, ya que para el sujeto son la misma. Pueden leer mediante la vía fonológica (su reconocimiento de las palabras se hace mediante la asignación del valor fonemático a los grafemas). Encuentra gran dificultad para leer una palabra globalmente, por lo que su lectura tiende a ser siempre lenta, titubeante, carente de fluidez. Emplea una estrategia de tanteo para ver si acierta con la pronunciación adecuada de la palabra, de modo que cuando logra decirla accede a su significado.

Cuando resulta dañada la vía fonológica en el caso de la escritura (disgrafía fonológica) se dificulta la conversión de los fonemas en grafemas cosa que les obliga a escribir sólo por la vía léxica, por lo que su principal síntoma será una gran dificultad para escribir palabras desconocidas (como las pseudopalabras), coexistiendo con capacidad normal para escribir aquellas otras de las que se tenga una representación en el léxico ortográfico. Este tipo de pacientes también suele cometer errores derivativos (por ejemplo, escribir «bebía» por «bebe») y en las palabras funcionales.

Por último, si es la vía léxica la que se ve afectada en el caso de la escritura (disgrafía superficial) se manifiesta una gran dificultad en la escritura de aquellas palabras que siguen una ortografía arbitraria (palabras poligráficas), incluidos los homófonos. Aunque son capaces de escribir correctamente cualquier palabra cuya ortografía no plantee dudas.

Como última observación, puedo decir que lo fundamental es no dejarse llevar por conclusiones fáciles que hagan recaer la problemática en la persona que aprende, sino que primero se ha de evaluar el proceso de enseñanza al que está sometido el alumno con este tipo de dificultad y, a continuación, establecer un marco educativo adecuado a sus habilidades.

Un saludo,
Zayda

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